24/1/13

El Loco de Mili Portilla



El Loco, Comodín o Joker, es el más poderoso de los Arcanos del Tarot. Es el único Arcano que subsiste en nuestra baraja moderna. Este importante personaje tiene como misión conectar dos mundos, el mundo de los sueños y el mundo de nuestras realidades. Como bufón del Rey, era el único al que se le permitía hablar con sinceridad al monarca. Claro que con un peculiar sentido del humor. Como espía realizaba un puente entre la monarquía y el pueblo. El Loco probablemente observa nuestros avances en la tierra, y lo comunica a alguien allá arriba. Este Arcano se acompaña casi siempre por un perro o cocodrilo, recordándonos que él está muy cerca de nuestro lado instintivo, el cual nada tiene que ver con nuestra racionalidad. En la imagen solemos ver como el perro le esta mordiendo o rasgando una parte muy sensible del cuerpo, y cómo esta acción es negada por el personaje. Él sigue avanzando sin percatarse de este incidente. A veces, como El Loco, solemos hacer lo mismo. No podemos identificar lo que nos está pasando, lo molestos que estamos con nosotros mismos o con la vida y como locos seguimos caminando, como si nada estuviera pasando. Entonces sucede que nuestro lado instintivo salte a la primera provocación, dando origen a conductas fuera de control. Es un momento en que se confunde lo real con lo irreal. Entonces no sabemos dónde estamos parados, todo puede ocurrir. Esta imposibilidad de no ejercer el control deseado en una situación específica nos atemoriza produciéndonos un intenso vacío, como si estuviéramos como el Loco de Waite a punto de brincar a un precipicio. Estas difíciles situaciones se asocian indiscutiblemente con el hecho de que el Loco es en verdad un payaso al que le gusta divertirse, jugar y pasar el mayor tiempo posible feliz y alegre. La forma más usual de lograr este importante objetivo es gastando bromas. A este simpático arlequín le encanta bromear al protagonista número uno, nuestro famoso ego (término usado por la psicología para nombrar al que identificamos como yo). Es muy sencillo percatarnos de esto, tiene que ver cuando en alguna área sentimos que ya nada tenemos que aprender, que lo sabemos todo, que hemos alcanzado la maestría. El Loco se ríe a carcajadas, se burla, saboteando la situación creada por el frágil ego, con la finalidad de recordarnos nuestra vulnerabilidad física y emocional. Asociado a este hecho interpretativo vemos cómo, en algunas barajas. El Loco se muestra con orejas de burro para señalarnos que nunca dejamos de aprender.

A las situaciones que nos parecen más trilladas y comunes debemos acercarnos con espontaneidad, simpleza y, lo más importante, con la posibilidad de aprender algo nuevo. Las reglas rígidas son contrarias a esta energía arquetípica. Entre más inflexibles y severos nos acerquemos a las experiencias de la vida, más posibilidades existirán de que El Loco las rompa o atraviese el aparente umbral entre la cordura y la locura, ladrándonos y rasguñándonos con su inocente perrito, o en el mejor de los casos invitándonos a vivir situaciones poco convencionales.

Con su número cero, el Loco, podrá viajar a su antojo, a donde desee. Para los Mayas el cero era un número complementario, por sí mismo no tenía valor, era la nada, el vacío, pero cuando se unía a otros números cobraba sentido. Ese vacío. la nada, es la consciencia primigenia con la que todos nacemos. No sabemos qué nos trajo aquí, ni tampoco hacia dónde vamos. Un poco como el Loco, llevamos un morral a cuestas, repleto de cosas que desconocemos de nosotros mismos. Lo que sí podemos observar, es que cada uno va viajando de diferentes formas. Este viaje está fuertemente coloreado por nuestra relación totémica del animalito que nos acompaña (perrito, gatito o cocodrilo) en el recorrido, ya que estos animales serán nuestros fieles acompañantes como reflejos de la parte de nuestros temidos instintos que tendrán que ser acoplados a nuestra psique o alma. El Loco con su caminar despreocupado, nos invita a viajar de la inconsciencia a la conciencia, del vacío al todo, de lo malo a lo bueno, del ayer al hoy, de lo agradable a lo desagradable, de la luz a la oscuridad, del día a la noche; de la única posibilidad que existe, desapegadamente, y con sentido del humor. El poder de este payaso reside en que engloba todos los opuestos y a ninguno a la vez, que está lleno y vacío, que esta completo en sí mismo. Este personaje guarda para nosotros la misión de guiarnos a través de 21 experiencias arquetípicas contenidas en los Arcanos Mayores del Tarot, para reconocer nuestro camino alquímico.

Fuente: "Tarot: Una nueva forma de interpretarlo". Escrito por Mili Portilla.

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